Recientemente, los nuevos aranceles del presidente Donald Trump contra China, que incluyen un arancel adicional de 10% sobre los productos chinos. Esta medida ha puesto a muchas empresas, especialmente aquellas que dependen en gran medida de las importaciones procedentes de China, en una posición difícil. Como resultado, las empresas buscan cada vez más estrategias para minimizar su exposición a los aranceles. Una estrategia eficaz que ha ganado adeptos a raíz de estos aumentos arancelarios es el uso de almacenes en el extranjero.
Entender los aranceles y su impacto
Un arancel es un impuesto que un gobierno impone a las mercancías importadas. El objetivo de los aranceles suele ser proteger a las industrias nacionales de la competencia extranjera encareciendo los productos extranjeros. Por ejemplo, el arancel 10% sobre productos chinos anunciado por el presidente Trump está diseñado para hacer que los productos chinos sean menos atractivos para los consumidores estadounidenses al aumentar su precio.
Para las empresas que dependen de la importación de productos de China u otros países con aranceles elevados, estos costes adicionales pueden afectar significativamente a sus márgenes de beneficio. Las empresas suelen repercutir estos costes en los consumidores, lo que se traduce en precios más altos. Otra posibilidad es que absorban los costes, con la consiguiente reducción de la rentabilidad. En cualquier caso, los aranceles pueden crear presión financiera, haciendo más difícil seguir siendo competitivo.
El papel de los almacenes de ultramar en la reducción de los costes arancelarios
Los almacenes en el extranjero, también conocidos como centros de distribución exterior, son instalaciones de almacenamiento situadas en países fuera del mercado nacional de una empresa. Estos almacenes permiten a las empresas almacenar sus productos más cerca de sus mercados de destino. Esta estrategia es especialmente beneficiosa para las empresas que venden a nivel internacional, ya que les permite evitar el impacto directo de los aranceles que se producirían si las mercancías se enviaran desde el país de origen (como China) hasta el mercado final (como Estados Unidos).
Exploremos cómo el uso de almacenes en el extranjero puede ayudar a las empresas a mitigar el impacto de los aranceles y reducir sus costes arancelarios globales:
- Aplazar los aranceles hasta que las mercancías entren en el mercado de destino
Una de las ventajas más significativas de utilizar almacenes en el extranjero es la posibilidad de aplazar el pago de aranceles hasta que las mercancías se envíen desde el almacén al cliente final. En lugar de pagar los aranceles por adelantado cuando los productos entran en el país, las empresas pueden almacenarlos en un almacén en el extranjero y esperar a enviarlos sólo cuando sea necesario. Esto permite a las empresas evitar el pago de aranceles sobre mercancías que aún no son necesarias en el mercado.
- Utilización de zonas francas (ZF)
Muchos almacenes en el extranjero están situados en zonas francas (FTZ), áreas especiales designadas por los gobiernos donde las mercancías importadas pueden almacenarse, procesarse o incluso fabricarse sin estar sujetas a aranceles u otras restricciones comerciales. Los productos pueden mantenerse en una FTZ sin pagar aranceles hasta que se importan oficialmente al país de origen.
- Evitar aranceles elevados mediante opciones estratégicas de localización
Los almacenes en el extranjero también pueden ayudar a las empresas a evitar por completo los aranceles elevados seleccionando estratégicamente ubicaciones con aranceles más bajos o inexistentes. Por ejemplo, algunos países aplican aranceles mínimos o nulos a los productos procedentes de determinadas regiones. Si una empresa se abastece en China pero considera que los aranceles sobre los productos chinos son demasiado elevados, puede estudiar la posibilidad de establecer almacenes en países con aranceles más bajos.
Mediante el uso de almacenes en el extranjero en países con tasas arancelarias favorables o acuerdos de libre comercio con mercados clave, las empresas pueden reducir significativamente su carga arancelaria global. Este enfoque es especialmente útil para las empresas que dependen en gran medida de las importaciones chinas pero quieren minimizar el impacto financiero de nuevos aranceles como los impuestos por el presidente Trump.
- Minimizar los costes aduaneros y de cumplimiento de la normativa
Aparte de los costes arancelarios directos, las empresas también afrontan costes significativos asociados a las aduanas y al cumplimiento de la normativa cuando importan mercancías a EE.UU. o a otros mercados. Estos costes incluyen el papeleo, las tasas de inspección y otras cargas administrativas. Los almacenes de ultramar pueden ayudar a agilizar este proceso al permitir a las empresas realizar envíos a granel a una ubicación centralizada en lugar de tener que hacer frente a las complejidades del despacho de aduanas en cada puerto de entrada.
Al consolidar los envíos en almacenes en el extranjero, las empresas pueden aprovechar las economías de escala, reduciendo sus costes generales de aduanas y cumplimiento de la normativa. Esto puede ser especialmente beneficioso para las empresas más pequeñas que no dispongan de los recursos necesarios para gestionar por sí solas las complejidades del comercio internacional.
- Reducir los plazos de entrega y mejorar la eficacia de la cadena de suministro
Además de reducir los costes arancelarios, los almacenes en el extranjero pueden mejorar la eficiencia global de la cadena de suministro de una empresa. Al almacenar las mercancías más cerca de los mercados finales, las empresas pueden reducir los plazos de entrega, garantizando una entrega más rápida a los clientes. Esto puede ser especialmente importante en sectores en los que las expectativas de los clientes en cuanto a rapidez de entrega son altas, como el comercio electrónico y la electrónica de consumo.
Al utilizar almacenes en el extranjero, las empresas pueden responder mejor a las fluctuaciones de la demanda y evitar el riesgo de exceso o falta de existencias. Esta flexibilidad puede ayudar a las empresas a seguir siendo competitivas y a mantener la satisfacción del cliente, incluso ante el aumento de los aranceles y otras barreras comerciales.
- Aumentar el acceso al mercado y ampliar el alcance internacional
Los almacenes en el extranjero no sólo son útiles para reducir los costes arancelarios, sino también para ampliar el alcance de una empresa a nuevos mercados internacionales. Al establecer una presencia física en lugares estratégicos del extranjero, las empresas pueden probar más fácilmente nuevos mercados y mejorar su capacidad para entrar en nuevas regiones.
Por ejemplo, una empresa estadounidense que quiera vender a Europa podría establecer un almacén en el extranjero en un país europeo con acuerdos comerciales favorables, como los Países Bajos. Al almacenar mercancías en los Países Bajos, la empresa puede evitar los elevados aranceles que gravan los productos estadounidenses que entran en la UE y aprovechar los acuerdos de libre comercio de la UE con otros países. Esto abre nuevas vías de crecimiento y diversificación.
Ejemplos reales de empresas que utilizan almacenes en el extranjero
Varias empresas han implantado con éxito almacenes en el extranjero como parte de su estrategia para reducir los costes arancelarios. Shenzhen Fly International Logistics Co., Ltd., Logística aérea cuenta con más de 200.000 pies cuadrados de almacenes en el extranjero, en Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, y está totalmente autogestionada y controlada. Disponemos de ventajas de canal perfectas: servicios FOB/DDU/DDP aéreos y marítimos en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia, Oriente Medio y Europa, almacenamiento en el extranjero, devoluciones y cambios, y envíos directos, prestando servicio a más de 200.000 vendedores nacionales y extranjeros de todos los tamaños. Nos comprometemos a ofrecer soluciones de envío rentables para satisfacer sus necesidades.
Además, las empresas de sectores como la electrónica, la moda y los bienes de consumo recurren cada vez más a almacenes en el extranjero para racionalizar sus cadenas de suministro y mitigar el impacto de los aranceles. Estas empresas reconocen que manteniendo un inventario flexible y distribuido globalmente pueden mantener la competitividad incluso ante el aumento de los costes arancelarios.
Conclusión
Los nuevos aranceles impuestos por el presidente Trump a los productos chinos han planteado importantes desafíos para las empresas que dependen de las importaciones chinas. Sin embargo, mediante el uso de almacenes en el extranjero, las empresas pueden reducir su exposición a los costes arancelarios, agilizar sus cadenas de suministro y mejorar su eficiencia general. Ya sea aplazando los aranceles, utilizando zonas francas o eligiendo estratégicamente la ubicación de los almacenes, las empresas pueden tomar medidas proactivas para gestionar el impacto financiero de los aranceles.
En la economía mundial interconectada de hoy, las empresas deben mantenerse ágiles e innovadoras para seguir siendo competitivas. Los almacenes en el extranjero ofrecen una solución viable para reducir los costes arancelarios y mantener una cadena de suministro fluida y rentable. Para las empresas que tratan de navegar por las complejidades del comercio internacional en la era de los aranceles, esta estrategia ofrece una poderosa herramienta para reducir el riesgo y aumentar la rentabilidad.